Al irnos a apostar y pasar el río se observan bastantes huellas de la noche por lo que se sospecha que puede haber manada.
Los resacadores dicen que no ven rastro pero al poco rato de soltar los perros ya se oye tirar por los pasos altos.
Les llegan los perros a los punteros y les hacen dar la vuelta, ya empieza el jaleo de verdad pero hasta que no llegan los resacadores a las matas donde están marcando los perros, los jabalíes no arrancan.
Por la pasada y en el lo alto del barranco se oyen cantar los rifles, nos van informando de lo que pasa que si han caído o se han dado la vuelta.
Casi al final de la cacería informan de que un jabalí viene hacia los puestos que cubríamos en la parte baja del barranco, lo van radiando que me entraba pero no lo podía localizar por ningún lado pues un pequeño cerro me tapaba la visión, incluso me indican que por debajo.
Lo espero y lo veo justo cuando entra en el barranco, le tiro y nada sigue corriendo.
Tengo que dejar que pase el barranco y le suelto otro tiro, empieza a dar vueltas sobre si mismo y arranca hacia el parque, se le va tirando desde otro puesto y lo perdemos de vista.
Al acabar la cacería lo buscamos pero no se ve rastro de nada, ni los perros marcan el rastro, como ya es el interior del parque tenemos que abandonarlo.
Como hay muchas reservas de otras cacerías, llevaré turrón del duro.
Finalmente se recogen cinco por lo que a Claretín le insisten que haga la correspondiente paella de la que daremos buena cuenta en cuanto acabemos de limpiar.
Total 28 + 5 = 33
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