También ha llegado el momento de limpiar nuestras armas y prepararlas para otro año y que no nos den sorpresas.
La recomendación es llevarlas a una armería y donde el profesional se encargue de realizar esta tarea.
Pero si la queremos hacer nosotros aquí van unos consejos.
Las armas deben guardarse siempre limpias en perfecto estado de funcionamiento.
Los utensilios para proceder a la limpieza son:
La Baqueta.
Tenemos de distintos materiales: La de acero recubierta de material sintetico que se corresponda al calibre, al diámetro y a la longitud del cañón, las de latón tambien nos sirven y las de aluminio con las que tenemos que tener cuidado
Sintéticos: los cepillos de cerda o material sintético, por su suavidad, pueden utilizarse para la limpieza de pólvora, polvo, u otro material extraño de fácil eliminación.
Los de latón se utilizan para eliminar restos difíciles, no utilizar nunca de acero o aluminio.
Aunque existen ciertas tolerancias, siempre se aconseja utilizar los de su propio calibre
Para las armas de cañón liso emplear los de algodón o borra aunque lo mejor es el cepillo de
Los trapos:
Siempre de algodón que los podemos tener de camisas viejas que no deshilachen y para acabar con un paño de lana o un jersey viejo.
Para las zonas de difícil acceso como el cerrojo, la recamara viene bien un cepillo de dientes.
Para la madera emplear algún producto de protección de los que existen en el mercado.
También tenemos los disolventes y los lubricantes.
Los primeros sirven para eliminar los restos de pólvora, plomo y latón
Los lubricantes sirven para evitar la corrosión y lubricar, dar en pequeñas cantidades.
Ya con los materiales preparados podemos proceder a limpiar el arma: Comprobaremos que esta descargada y sin munición en los cargadores o depósitos de cartuchos
Pasar el cepillo con disolvente varias veces por el interior del cañón sacando siempre el cepillo por la boca.
Cuando estimemos que lo tenemos limpio pasar un trapo con lubricante ligeramente.
Para los cerrojos si somos manitas lo podemos desmontar dependiendo de la marca y modelo cada uno tiene sus características, limpiarlo con un disolvente en un cepillo de dientes o similar y después darle un poco de lubricante.
Ya lo podemos guardar en nuestro armero.
Pero insisto lo mejor es que la limpieza nos la haga un profesional.
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